Mi-Maldito-Blog

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El capello

La sala de prensa estaba abarrotada.
No se esperaba una gran declaración. Era el morbo por saber qué explicación habría. Qué excusa. Qué.
El equipo había quedado fuera de toda posibilidad de calificarse a la siguiente ronda, perdiendo humillantemente el partido contra su más acérrimo rival quienes, para terminar de colmar el plato, calificaban con el triunfo conseguido apenas hacía unos minutos.
Afuera la gente furiosa. Pronóstico: destrozos y enfrentamientos con la policía.
Se abrió paso entre fotógrafos, el saco con el emblema universitario, el rostro en extremo serio o preocupado. O ambos.
Intentó no mirar fijamente a alguien o algo. Intentó concentrar su mirada en un objeto imaginario que nadie más podía ubicar en la sala. La copa que no llegaría.
Hubo que esperar varios minutos para poder iniciar su participación, el ruido simplemente era imposible. A pesar de ello pacientemente esperó a que el bullicio se extinguiera por sí solo. Una tranquilidad comenzó a apoderarse de sus gestos. Sabía que todo terminaría pronto. Sabía que hacía lo correcto.
Y comenzó el fin:

- Buenas tardes - saludó atajando las preguntas de los impacientes con un ademán de mano. La tranquilidad empezaba a volverse cinismo.
- Como ustedes saben... -flashazos de la prensa gráfica - ...yo siempre he sido un guerrero de las águilas...
Una sonrisa burlona y una playera amarilla se asomaban mientras desabrochaba su saco.
- Hice lo que tenía que hacer. Muchas gracias.

El saco en el suelo. Los medios vueltos locos.