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Ano

Marzo, el mes del ano.

Así es. No se trata de ningún error ortográfico, ni de una virgulilla extraviada. Deberíamos dedicar marzo al ano.

El ano, la zona anatómica más olvidada y discriminada de la historia. El último tabú sin develar.

Y no es necesario que comencemos a hablar del tan sonado placer anal, la exploración de la vía trasera, sodomía-hipocresía en la sociedad moderna... La discriminación, pudor y vergüenza-muerde-rebozo, alcanza no solo su oculta ubicación y sus oscuras prácticas íntimas, se extiende hasta su nomenclatura misma. La palabra ano no es la favorita de nadie.

¿Cuántas personas, de esas que se enorgullecen por no sudar ni tragar saliva cuando dicen "pene" o "clítoris" frente a los demás, le llaman ano a... su ano?

La verdad, pocos.

Muchos son, en especial en estos tiempos, los que se alzan el cuello y se dicen civilizados, libre pensantes y sin mojigaterías viven con el pene en la boca -en un sentido figurado-. Hablan de condones, menstruación, kama sutra, intercambio de parejas, enfermedades venéreas, masturbación, pornografía, orgasmos.. vaya, hasta del sexo anal.

Pero tratándose del ano en sí.. Todo mundo le busca otra salida -jiji-. La cola, la popó, el culo, trasero, chiquito, asterisco, puño de ligas; vamos, hay hasta los que se las dan de correctos y le suelen llamar "el recto". Erróneamente, pues si bien el recto es vecino del ano, no es el ano (como llamarle comedor al vestíbulo).

¿Cuántos no se ríen al escuchar "ano", de una forma que seguro no harían cuando escuchen "testículo", "abertura vaginal", "lóbulo", "vesícula"?

¿Cuántos no rectificamos y cuidamos de no equivocarnos cuando el inocente celular, como si de un niño ignorante e ingenuo se tratara, sugiere en su escritura predecible la palabra "ano" cuando intentamos escribir "año", "anual", "amo"?

Por extraño que parezca, hay gente -bastante- que considera más inadecuado, mencionar la palabra "ano" en radio, que un "chingao", o incluso "culo".

"Es que suena feo".

Y sí, es un recurso desesperado por revivir el blog. Pero también está impulsado por una necesidad de justicia para la abertura oculta, en final del proceso digestivo, el orificio de la vergüenza y su breve (pero correcto) nombre. Ano.

*continuará... si no me gana el pudor.

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